Carta a la Ilustrísima Sra. Magistrada Doña Josefina Triguero Agudo.

Querida compañera, querida Josefina:

Leo el BOE de este pasado sábado, 2 de abril, en el que se publica el acuerdo que declara tu jubilación y no sé si será por este día primaveral lluvioso un tanto melancólico o simplemente porque tu nombre hace que en mí broten muchos sentimientos, pero lo cierto es que he tenido una necesidad imperiosa de ponerme frente a la pantalla y teclear, pero teclear imaginando que estamos tomando una “cañita” o un té o lo que gustes. Probablemente yo me apuntaría a la caña, no sé tú… Antes de continuar con nuestra conversación virtual e imaginaria, te quiero pedir disculpas, a lo mejor no es de tu agrado que te mente y te convierta en protagonista de esta carta. Ojalá no sea así y si por el contrario te molesta, te ruego me disculpes.

Fuiste la primera mujer de la historia de España que se incorporó a la carrera judicial por oposición, en 1.977. Cinco años antes, en diciembre de 1971, la Ilustrísima Sra. Doña María Jover Carrión aprobaba la oposición para ser titular de un juzgado comarcal, hoy también jubilada.

He leído que no te prodigas o no presumes de ser pionera, nuestra pionera, pues mira, yo sí quiero presumir y discúlpame de nuevo, porque aunque no lo quieras reconocer, para mí también eres un baluarte. Muchas veces, cuando el desánimo me invade pienso que esto es jauja si lo comparamos con aquellos años.

Nuestro mil novecientos setenta y siete fue un año histórico, se celebraron las primeras elecciones el 15 de junio. Fueron las primeras en cuarenta y un años, desde la Segunda República, ahí es nada, y, ¡fíjate, qué paradojas!, mientras aquí empezábamos a paladear aquel fenómeno conocido en sus inicios como la “apertura”, en Chile, otro dictador “vivito y coleando” (Augusto Pinochet), decretó la disolución de todos los partidos políticos.

¿Te imaginas que hubiesen existido las redes sociales? Twitter ardería pues mientras aquí se celebraban esos primeros aires democráticos, fuente de inspiración de cantantes míticos (¡Ay aquella música! Las canciones protesta, la nova cançó que surgió mucho antes…), en otras partes del mundo seguían viviendo en la más absoluta oscuridad, oprimidos, sin ese viento fresco que aquí comenzaba a circular. Así que, no solo estrenamos democracia a la par que comenzábamos nuestra “Transición”, sino que también te estrenabas como la primera mujer Jueza por oposición de nuestra historia. Esa que, apenas once años antes, tenía vedado nuestro ingreso en la Judicatura.

Hoy seguimos luchando y exigiendo nuestra mayor visibilidad y seguimos topándonos con ese maldito techo de cristal http://convergencia.uaemex.mx/article/viewFile/3811/2622, techo que sé que mis compañeras más jóvenes lo harán añicos. Aunque podrás pensar que, al menos, es un techo que se puede romper…

En aquellos años en que tú inauguraste nuestro ingreso en tan apasionante carrera (a pesar de los pesares), no existía ni techo. Supongo que existiría una mole oscurísima y que resultaría inimaginable siquiera poder ver algo de luz a través de la misma.

Hoy alzamos la mirada y sí, ¡vemos luz a través del cristal!, y en no demasiado tiempo podremos tocarla, podremos alzar nuestra cabeza sin tropezar con ninguna cúpula ni nada que se le parezca, sé que no falta mucho y ese día sí lo celebraré, ¡vaya que lo celebraré!, aunque sea en mi comida de despedida, la que imagino que habrán preparado tus compañeros de Sala y otros y supongo que desde todas las esferas, o, tal vez, quieras pasar desapercibida y hayas pedido que se te despida de forma discreta y casi silenciosa.

No lo sé, pero, en cualquier caso, a mí me nace desde lo más hondo de mi corazón haberme dirigido a ti empleando este tono, el de carta epistolar, esa que prácticamente ha desaparecido.

vecchio libro con stilografica

Permíteme que te rinda homenaje desde mi humilde Blog que con tanta ilusión alumbré el verano pasado.

Espero y deseo que tu jubilación suponga el comienzo de una nueva etapa no menos apasionante de lo que te ha debido suponer esta larga trayectoria que, sin duda, lleva escrita tu nombre como uno de los que merecen ser grabados eternamente.

No tengo poder decisorio pero si de mí dependiera, a los tantos premios que existen sumaría uno que llevaría tu nombre: Premio “Josefina Triguero Agudo” destinado a aquellas mujeres luchadoras que han roto moldes y contra viento y marea han ido abriendo sendas y allanando el camino que otras hemos ido siguiendo.

Recibe un cordial saludo de una de tus muchas compañeras.

P.D. Permíteme que te regale un ramo de rosas rojas, mi flor preferida que espero que también sea la tuya y si también me lo permites, no las he contado, pero he dicho que sean trece, trece rosas ¡Ah! si te falta una, te la daré personalmente cuando nos tomemos esa cañita real o té o lo que más te plazca.

20100308182840-ramo-rosas-rojas-9

@angels_blaus

Publicado por

Àngels Blaus

Cada aprendizaje es un regalo, incluso cuando el dolor es tu maestro. Quiero seguir siendo apasionadamente curiosa.

Deja un comentario