Escucho una interesantísima entrevista radiofónica que se realiza a quien presentan como eminencia reconocida a nivel internacional : Dª Marta Garaulet Aza, investigadora sobre cronobiología y su relación con la obesidad, doctora en Farmacia, máster en salud pública por la Universidad de Harvard y nutricionista y sobre la que por cierto y al hilo, descubro su magnífico blog: http://www.garaulet.com/blog-marta/
Tras esa entrevista confirmo lo que ya había leído sobre nuestra dolce vita, modus vivendi, Spanish culture o como queramos denominarlo.
Y es que sobre el cambio de horario suelen surgir este tipo de debates. Vamos descompasados con la luz solar y aquello de lo que presumimos parece que no es tan positivo para nuestra biología, la que agradecería que nos acostásemos cuando anochece y nos levantásemos cuando amanece (simplificando mucho).
Me cuenta mi madre que su abuela, o sea, mi bisabuela, mujer con inteligencia natural que no pudo cultivar, como tantas de la época, a menudo decía con su valencià innato: Tot és prou menys complicat del que creiem, quan es fa de nit, al llit i quan ix el sol, toca alÇar-se, aixì de fàcil (Todo es bastante menos complicado de lo que creemos, cuando se hace de noche, a la cama y cuando sale el sol, toca levantarse, así de fácil), pero quienes habitamos en esta piel de toro resulta que lo hacemos al revés y por ende, desayunamos tarde y mal o no desayunamos y a partir de ahí, todo encadenado. Comemos cuando en Suecia casi están cenando y cenamos cuando incluso en Italia están ya casi acostándose.
Es algo tan pero tan sumamente arraigado que hasta puede sentar mal que se nos quiera desasir de estas nuestras costumbres tan españolas, pero siempre me planteo lo mismo, si es mejor ser racional o ser pasional. Ni siquiera sé si ambas cosas se pueden compaginar.
Lo cierto es que para no herir susceptibilidades, prefiero que se me ofrezca toda la información posible para poder decidir y para que no se traduzca como una imposición.
Es, por tanto, una cuestión de elección, pero claro, ¿qué vas a elegir?, ¿llevar una vida monacal?, ¿ser una ermitaña, una eremita? Porque realmente si quiero que mi biología vaya acompasada con la luz solar es mejor que emigre a Suecia si mi intención es seguir relacionándome con “humanoides”…
Aunque pensándolo bien, no estaría nada mal esa alternativa pues supondría vivir en el país donde reina la conciliación, donde es posible conciliar trabajo y familia, ese milagro del que hace poco trataba un magnífico programa y que se ha convertido en una asignatura suspensa en mi vida, sin posibilidad además de recuperación, suspensa hasta el infinito y más allá.
En fin, Spain is different.
Es lo que hay.
@angels_blaus