El tiempo…

…Que todo lo cura

reloj-praga

¿Lo crees?

Dale tiempo al tiempo, que el tiempo te dará la razón.

¿También lo crees?

Aquí me cunde más el tiempo o menos, según se mire, pero mi sensación es la primera.

Trabajo más.

Vivo más.

Te añoro más.

Y amo más.

Claro que todo es relativo, pero cuando eres diurna, cuando te gusta vivir acompasada con la luz solar, te digo que el tiempo cunde más.

Tú eras búho,

yo alondra.

Eras “escuchante”, (permíteme el «palabro»),

yo habladora.

Sereno,

yo voladora.

Invierno,

yo primavera.

Estábamos en las antípodas pero una línea misteriosa nos unía. Nos separó lo difícil ¡No me digas lo que es fácil decir!, esos tópicos que tanto odio, eso no nos separó.

Lo esencial no es la cantidad, es la calidad. Fue hermoso mientras duró y eso es calidad.

Ahora no me atiendes ni me entiendes como antes, ahora…

¡Todo es tan relativo!

¿Cuál es la mesura de la felicidad? ¿Dónde y cuándo?

Ahora.

Aquí trabajo más.

Vivo más.

Te añoro más.

Y amo más.

alondras-volando

@angels_blaus

«A la sombra de bosques exóticos».

Hubiera querido acompañarle en el último tramo del viaje…

Le conoció en uno de los momentos más aciagos de su vida y contra todo pronóstico, con Samuel obró el milagro.

S. y S., Samuel y Sara. Ambos habían ya atravesado el ecuador de sus vidas, ambos llevaban demasiado peso en sus mochilas, pero su reencuentro las aligeró. Hacía años que no sabían nada el uno del otro, y un buen día, el azar les unió otra vez, pero por entonces Samuel ya padecía esa maldita enfermedad.

Sara se percató de inmediato, tenía signos evidentes de estar recibiendo tratamiento, pero hizo caso omiso y tras demostrar que no le daba importancia a ese aspecto de enfermedad inequívoca, ninguno de los dos quiso desaprovechar la oportunidad que les brindó el destino, por lo que, tomándose el mundo por montera, emprendieron una corta pero intensa aventura.

Samuel seguía conservando el mismo tono de ojos: azul intenso. Aun sin pestañas, la dolencia no le había robado su mirada transparente, una mirada que ella nunca olvidaría. Bastó el reencuentro y mezcla de colores, aquél cristalino con el ocre de los ojos de Sara, para que del amalgama, surgiese un azul ultramar y así fue ese episodio, porque al estar prejubilados se permitieron saltar el charco, cada cual con su mochila ya menos pesada. Poco necesitaban, tan solo exprimir un tesoro que se habían encontrado lejos de indiscretos y maledicentes, por lo que allá se fueron, allá, a la sombra de bosques exóticos.

Ni las horas tenían sesenta minutos, ni los días veinticuatro horas. El tiempo es relativo, depende de cómo y con quién se viva. No les obsesionaba ningún reloj, simplemente habían logrado fusionarse con la madre naturaleza: amanecían cuando el sol salía y anochecían cuando el sol se escondía.

anochece

Olían la hierba mojada cuando llovía hasta que dejaban grabado en su memoria ese aroma, se bañaban desnudos en calas recónditas. Si no pisaban la arena, se adentraban en uno de los muchos jardines con palmerales que casi llegaban a la orilla y disfrutaban de esos parajes tropicales inconfundibles, donde en el mar se ve reflejada la arboleda.

Descubrieron lo que parece obvio pero no se plantea nadie o casi nadie en circunstancias normales, aunque ambos se cuestionaban qué es la normalidad y es que, realmente, para vivir se necesita poco cuando solo se quiere eso: vivir en sentido literal y vivir para ellos era ver puestas de sol y disfrutar del grandioso regalo que supone contemplar un amanecer, era disfrutar de los cinco sentidos, oler, ver, escuchar, saborear y tocar, palpar, era respirar…

Aplicaron como máxima aquéllo de «más vale tarde que nunca», aunque lo hicieron como último recurso porque no haberse dado cuenta de algo tan básico, les generó cierta frustración y rabia, rabia también por no haberse reencontrado antes. Pese a ello, compensaban ese sentimiento con otro que neutralizaba la decepción y era la satisfacción de dar gracias, gracias a cada alborada como si fuese la primera y a su vez la última.

¿Qué quieres Samuel?, le preguntaba muy a menudo Sara, y él siempre respondía lo mismo: «Levantarme y respirar, nada menos y nada más».

Cuando a Samuel le empezaron a fallar las fuerzas, no tuvieron más remedio que regresar de ultramar y aterrizar otra vez con el reloj puesto y la mochila todavía ligera pero con algo más de peso, el de la congoja. Aunque cada cual vivía en su casa y en ciudades distintas, Sara quiso seguir acompañándole pero repentinamente él desapareció y lo hizo sin dejar rastro. Ya no se comunicaban ni le contestaba por ningún medio, no respondía a sus correos electrónicos ni a sus mensajes y así pasaron seis eternos meses, hasta que un día Sara supo que ya no regresaría nunca más.

Pudo averiguar que quiso que se lo tragase la tierra para cruzar la última travesía a solas y aunque ella, con el paso del tiempo, se esforzó por respetar y entender esa decisión, hubiese querido acompañarle en ese tramo póstumo.

cielo

* Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia y fruto de mi imaginación, aún así, cuando te toca vivir una situación extrema y límite, es cuando te percatas de la fina y casi traslúcida frontera que existe entre una dimensión y otra y es cuando te asalta un temor, la duda con mayúsculas:

¿Qué tendría que hacer para poder decir: «Confieso que he vivido»?

D.E.P: P.O.N.P

@angels_blaus

El caso»EREgate» y su tictac.

Leo de nuevo estupefacta, (ya tendría que estar curada de espanto, pero nada, no escarmiento ¡Ea!) críticas dirigidas a la compañera de Sevilla, actual Instructora de las diligencias conocidas como caso “ERE”, “EREscándolo” o “EREgate” derivadas de las prescripciones decretadas en relación con la situación de algunos imputados, hoy con estatus de investigados.

Y es que en este a veces,  enrevesado mundo virtual y en las RRSS, en particular, se le dice de todo menos bonita y lo narro incluso literalmente porque se llegan a meter con su fisonomía, ¡vale ya! ¿no?  (otra infamia dicho sea de paso, porque es bien “bonica”,  como por estos lares se dice). Que no guste esa decisión o cualquier otra, no legitima para soltar improperios a tutiplén. Oiga barra libre, como que no. Vamos a respetar las normas del juego.

 Pero es que además, la decisión también parte de un órgano colegiado, tal y como la prensa se hizo eco:

http://www.elmundo.es/andalucia/sevilla/2016/03/12/56e32806e2704e12568b45a6.html luego, doble metedura de pata por ciertos incontinentes verbales, también conocidos por bocachanclas.

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Voy a hablar de esta figura en general  (la de los bocachanclas no, la de la prescripción, aunque todo se andará), pero antes de utilizar inevitablemente nuestra jerga jurídica:

 ¿Qué es la prescripción?, según la RAE y para el caso que voy a tratar, es una forma o modo de extinguirse un derecho como consecuencia de su falta de ejercicio durante el tiempo establecido por la ley (sic). Por responder a principios de orden público y de interés general, puede ser proclamada de oficio en cualquier estado del proceso en que se manifieste la concurrencia de sus requisitos, es decir, no hace falta que nadie la alegue, es que si el Juez se percata del transcurso de una serie de plazos desde la presunta comisión del delito (artículos 131 y 132 del Código Penal), se debe actuar ipso facto, aunque la práctica nos enseña que suele resolverse previa alegación de la parte.

Es nuestra obligación –entre otras muchas- ¡qué se le va a hacer! Aplicamos la ley (previa interpretación de la misma) y la aplicamos guste o no guste. Así es nuestra tantas veces ingrata profesión ¡Ojo!, tan ingrata como apasionante, no vayan a creer que me estoy quejando.

Y así, la responsabilidad criminal se extingue, entre otras causas, por la prescripción del delito (o de la pena o medida de seguridad). Y ¿por qué? Pues porque vivimos en un Estado social y democrático de Derecho, así reza el artículo 1. 1 de nuestra norma suprema, nuestra Constitución:  Constitución-española-y-separación-de-poderes

«España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político».

Estado en el que por fortuna, no cabe la Ley del Talión: aquéllo de «ojo por ojo y diente por diente».

El Estado no sabe de venganzas ni de otras bajas pasiones, y si el tiempo transcurre, no está interesado en investigar ni en su caso, condenar, porque entre otras razones y como tantas veces escuchamos, la justicia tardía no es justicia. Si no existiese este instituto, que no deja de ser una garantía, el Estado no buscaría una condena, simplemente buscaría vengarse ¿Les casa esto último con un Estado social y democrático de Derecho? ¿A que no? Pues eso.

Y ya sin poder evitar aquélla jerga que antes mencioné, salvo los delitos de lesa humanidad y de genocidio, los delitos contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado y los delitos de terrorismo, si hubieren causado la muerte de una persona -que no prescriben nunca-, estos son los plazos que deben transcurrir para que prescriban según redacción vigente:

  • A los veinte años, si la pena máxima para el delito es de prisión de quince o más años.

  • A los quince, si la pena máxima es de inhabilitación por más de diez años, o prisión por más de diez y menos de quince años.

  • A los diez, cuando la pena máxima sea prisión o inhabilitación por más de cinco años y que no exceda de diez.

  • Y a los cinco, los demás delitos, excepto los delitos leves y los delitos de injurias y calumnias, que prescriben al año.

Y comienza el tictac, tictac  (comienza a transcurrir el plazo), desde el día en que se haya cometido el delito, plazo que se interrumpe cuando el procedimiento se dirige contra quien pueda ser indiciariamente responsable (voy a obviar cuándo se inicia el cómputo en los casos de delito continuado o en el de pluralidad de actos determinantes-con el último de los actos-).

Es decir, se delinque y comienzan aquéllos plazos (20, 15 , 10, 5 o 1 año según la pena máxima establecida para cada delito), y si se denuncia o se descubre y se inicia un procedimiento contra el presunto autor, ese plazo se interrumpe.

Pero no es tan sencillo y así según redacción actual, si se presenta querella o denuncia contra persona determinada, se suspende ese cómputo – se para el reloj-, por un plazo máximo de seis meses (desde la misma fecha de presentación de la querella o denuncia), bien entendido que, en ese plazo de seis meses debe dictarse contra quien es querellado o denunciado, resolución judicial por la que se inicia procedimiento, porque si dentro de ese mismo plazo desde la denuncia o querella, el Juez acuerda por resolución –firme- inadmitir a trámite la querella o denuncia o no dirigir el procedimiento contra el querellado o denunciado, el plazo de prescripción, el tictac, tictac, sigue. Por tanto, en este último caso, si en esos seis meses, el Juez inadmite o no dirige el procedimiento contra el presunto, como he dicho, entonces el cómputo continúa y no se interrumpe.

En suma, por más que provoque críticas furibundas, no deja de ser una garantía saber que se extingue el derecho por inacción durante los plazos que antes indiqué, sin que nadie pueda tener una espada de Damocles indefinidamente, “in aeternum”(principio constitucional de seguridad jurídica), salvo como apunté, los delitos de lesa humanidad y de genocidio, contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado y los delitos de terrorismo, si hubieren causado la muerte de una persona.

De modo que aunque enfade o no se entienda, en el “EREgate” y tantos otros supuestos en los que se aprecia este instituto, la Sala o el Juez en su caso, lo único que hace es cumplir con su obligación que no es otra que aplicar una norma que se traduce en la renuncia del Estado al ius puniendi, renuncia a su derecho a sancionar, a su derecho a castigar, por el mero transcurso del tiempo y ello no supone como así ha señalado el TEDH, una merma del derecho de acción de los acusadores.

@angels_blaus

 

 

 

Carta a la Ilustrísima Sra. Magistrada Doña Josefina Triguero Agudo.

Querida compañera, querida Josefina:

Leo el BOE de este pasado sábado, 2 de abril, en el que se publica el acuerdo que declara tu jubilación y no sé si será por este día primaveral lluvioso un tanto melancólico o simplemente porque tu nombre hace que en mí broten muchos sentimientos, pero lo cierto es que he tenido una necesidad imperiosa de ponerme frente a la pantalla y teclear, pero teclear imaginando que estamos tomando una “cañita” o un té o lo que gustes. Probablemente yo me apuntaría a la caña, no sé tú… Antes de continuar con nuestra conversación virtual e imaginaria, te quiero pedir disculpas, a lo mejor no es de tu agrado que te mente y te convierta en protagonista de esta carta. Ojalá no sea así y si por el contrario te molesta, te ruego me disculpes.

Fuiste la primera mujer de la historia de España que se incorporó a la carrera judicial por oposición, en 1.977. Cinco años antes, en diciembre de 1971, la Ilustrísima Sra. Doña María Jover Carrión aprobaba la oposición para ser titular de un juzgado comarcal, hoy también jubilada.

He leído que no te prodigas o no presumes de ser pionera, nuestra pionera, pues mira, yo sí quiero presumir y discúlpame de nuevo, porque aunque no lo quieras reconocer, para mí también eres un baluarte. Muchas veces, cuando el desánimo me invade pienso que esto es jauja si lo comparamos con aquellos años.

Nuestro mil novecientos setenta y siete fue un año histórico, se celebraron las primeras elecciones el 15 de junio. Fueron las primeras en cuarenta y un años, desde la Segunda República, ahí es nada, y, ¡fíjate, qué paradojas!, mientras aquí empezábamos a paladear aquel fenómeno conocido en sus inicios como la “apertura”, en Chile, otro dictador “vivito y coleando” (Augusto Pinochet), decretó la disolución de todos los partidos políticos.

¿Te imaginas que hubiesen existido las redes sociales? Twitter ardería pues mientras aquí se celebraban esos primeros aires democráticos, fuente de inspiración de cantantes míticos (¡Ay aquella música! Las canciones protesta, la nova cançó que surgió mucho antes…), en otras partes del mundo seguían viviendo en la más absoluta oscuridad, oprimidos, sin ese viento fresco que aquí comenzaba a circular. Así que, no solo estrenamos democracia a la par que comenzábamos nuestra “Transición”, sino que también te estrenabas como la primera mujer Jueza por oposición de nuestra historia. Esa que, apenas once años antes, tenía vedado nuestro ingreso en la Judicatura.

Hoy seguimos luchando y exigiendo nuestra mayor visibilidad y seguimos topándonos con ese maldito techo de cristal http://convergencia.uaemex.mx/article/viewFile/3811/2622, techo que sé que mis compañeras más jóvenes lo harán añicos. Aunque podrás pensar que, al menos, es un techo que se puede romper…

En aquellos años en que tú inauguraste nuestro ingreso en tan apasionante carrera (a pesar de los pesares), no existía ni techo. Supongo que existiría una mole oscurísima y que resultaría inimaginable siquiera poder ver algo de luz a través de la misma.

Hoy alzamos la mirada y sí, ¡vemos luz a través del cristal!, y en no demasiado tiempo podremos tocarla, podremos alzar nuestra cabeza sin tropezar con ninguna cúpula ni nada que se le parezca, sé que no falta mucho y ese día sí lo celebraré, ¡vaya que lo celebraré!, aunque sea en mi comida de despedida, la que imagino que habrán preparado tus compañeros de Sala y otros y supongo que desde todas las esferas, o, tal vez, quieras pasar desapercibida y hayas pedido que se te despida de forma discreta y casi silenciosa.

No lo sé, pero, en cualquier caso, a mí me nace desde lo más hondo de mi corazón haberme dirigido a ti empleando este tono, el de carta epistolar, esa que prácticamente ha desaparecido.

vecchio libro con stilografica

Permíteme que te rinda homenaje desde mi humilde Blog que con tanta ilusión alumbré el verano pasado.

Espero y deseo que tu jubilación suponga el comienzo de una nueva etapa no menos apasionante de lo que te ha debido suponer esta larga trayectoria que, sin duda, lleva escrita tu nombre como uno de los que merecen ser grabados eternamente.

No tengo poder decisorio pero si de mí dependiera, a los tantos premios que existen sumaría uno que llevaría tu nombre: Premio “Josefina Triguero Agudo” destinado a aquellas mujeres luchadoras que han roto moldes y contra viento y marea han ido abriendo sendas y allanando el camino que otras hemos ido siguiendo.

Recibe un cordial saludo de una de tus muchas compañeras.

P.D. Permíteme que te regale un ramo de rosas rojas, mi flor preferida que espero que también sea la tuya y si también me lo permites, no las he contado, pero he dicho que sean trece, trece rosas ¡Ah! si te falta una, te la daré personalmente cuando nos tomemos esa cañita real o té o lo que más te plazca.

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@angels_blaus

EL MOLINO DE LOS SUEÑOS.

El entrañable regalo de cumpleaños que me hicieron mis buenos amigos:

@gisb_sus   @notarioalcala  @mablanco60  @pdediost  y  @MJLetrada

Merece la pena compartirlo, porque es mejor compartir alegrías que penas, y esta fue una gran alegría, un relato escrito a retazos entre todos ellos, consecutivamente.

 Tres meses después os doy de nuevo gracias infinitas con gran emoción, sabiendo como sé, que quien tiene un amigo, tiene un tesoro.

 

EL MOLINO DE LOS SUEÑOS.

Había una vez, en un bonito pueblo rodeado de naranjos, una niña que soñaba mucho. Soñaba tanto, que sus padres a veces la regañaban por no estar donde debía.Alzira

Pero se engañaban. Nuestra heroína estaba donde debía, donde siempre debió estar. En su molino. En sus juegos, había inventado un molino al que pedirle deseos. Era un molino mágico, porque solo los sueños lo son, y ella lo inventó así porque quería emular  aquél Quijote que le enseñaron en la escuela. Pero no quería luchar contra sus aspas. Quería que cada vuelta supusiera un deseo cumplido.

Y cada tarde viajaba con su imaginación a su molino y le pedía un deseo.molinos-de-viento_jpg__940x620_q83

Como era una heroína, nunca pedía juguetes, ni libros, ni golosinas o dinero para comprarse cosas. Pedía un mundo mejor, a través de pequeñas cosas que lo transformaran. O de grandes, porque el tamaño de los sueños nunca se puede medir.

Pedía y pedía con la esperanza de que las vueltas del molino hicieran realidad sus sueños. Pidió un mundo donde la gente pudiera decir lo que pensara, y vivir en un lugar donde la gente pudiera decidir quién mandaba. Y, lo logró. Cuando supo que en su tierra había cambiado el sistema de gobierno y que había libertades, se acordó de las dos vueltas que había dado su molino mágico.

Y siguió pidiendo cosas. Aunque no se cumplieran en el acto, sabía que su molino había dado la vuelta a sus aspas, y que más tarde o más temprano acabarían cumpliéndose.

Otro de sus deseos era que las niñas pudieran hacer lo mismo que los niños. Que tuvieran las mismas oportunidades y los mismos derechos, esos que su madre no pudo gozar como hubiera querido. Y aunque el molino parecía ser lento en dar la vuelta a sus aspas, también lo hizo.

Por eso, cuando nuestra heroína creció, y consiguió un puesto desde el que podía conseguir que la gente tuviera una vida mejor, supo que el molino había seguido girando. Y giraría y giraría.

Llegó un día que su molino pasó de su imaginación a la realidad. Y la imagen que tenía solo en sueños pasó a convertirse un escenario de sus realidades, a algo que casi podía tocar con sus manos con solo asomarse a la ventana.

Por eso salió, lo contó al mundo y sus molinos de viento de Levante pasaron a ser un poco de todos.

Y hoy, justamente de las aspas de esos molinos, salen cinco de sus personajes. Los personajes con los que ella soñaba sin saberlo, y que desde el Guadalquivir, desde su querido río Turia, desde la Puerta del Sol de Madrid, la plaza de Santa María de Úbeda y desde la Alkazaba de Málaga,  han aparecido para decirle que su deseo se ha cumplido. Que las aspas continuaron girando hasta lograr un mundo donde las niñas puedan llegar a los más alto. Junto con ellos, todos quieren agradecer a su heroína. La niña que inventó un molino mágico que se hizo realidad.

DESDE EL GUADALQUIVIR EL PERFUME DEL AIRE.

No hay más magia que la que se produce todas las madrugadas del cinco de Enero, en las que unos magos recorren desde oriente un camino de ilusión cargados de oro, incienso y mirra, para adorar a un niño que poco antes fue anunciado por un Ángel.

Paseaba el rey Almutamid por las riberas del Guadalquivir, pensando un poema y tenía preparadas las dos primeras estrofas:

“La brisa convierte al río

En una cota de malla…”

Le rogó a su amigo que continuase, pero de pronto sonó la voz de una mujer diciendo:

“Mejor cota no se halla

Como la congele el frío.”

Esa esclava Intimad, acababa de ganarse el corazón del rey poeta, que un día viendo triste a su reina, le preguntó el motivo de su dolor, a lo que la reina le contestó que jamás había visto la nieve.

Al día siguiente, por la mañana, el Rey ordenó que toda la ciudad de Sevilla se cubriera de Azahar.

En el siglo XXI vuelven a cargar un barco de Azahar en el muelle de las delicias, para que bajando el Guadalquivir, cruce el estrecho (donde se cargará con todos los vientos) y remonte el Turia, de Occidente a Oriente, y todo con el objetivo de intentar que unos molinos sigan girando sus aspas, para esparcir el olor a azahar por todos los rincones del ciberespacio.

Hay algo que en Sevilla se produce todas las primaveras. Unos le llaman pellizco, sin embargo, la mayoría de las personas lo llaman la capacidad de sentir que hay pequeños momentos, en los que todo el universo se puede concentrar en el reflejo que un cielo azul produce en un río.

Desde Sevilla, lo que mandamos para oriente es la admiración por una sensibilidad que no se prodiga mucho en los tiempos actuales. En estas tierras en las que los contrastes de sentimientos van desde un silencio multitudinario viendo pasar un Gran Poder, al piropo colectivo que sale de cada uno de los poros de la piel, y que es capaz de mudar en sonrisa, la cara de dolor de una Macarena que va detrás de su hijo.

Somos tierra de contradicciones, pero sobre todo, somos tierras de sentimientos, por eso sabemos que los Reyes Magos existen, y que todos los cinco de enero convierten en buenas personas a todos los padres y madres de este mundo, y los hace capaces de guardar un gran secreto y hacer lo que haga falta, con tal de ver la sonrisa de un niño al despertar.

También existen los Ángeles, normalmente están en el cielo, pero a veces se vienen a la tierra y hacen que los hombres de buena voluntad crean en los milagros. Esos Ángeles a veces se visten de azul y viven en el mundo. Y dan la oportunidad de conocerlos y quererlos a algunos afortunados. Como les pasó a los personajes que salieron del molino… Y que hoy quieren que los sueños de ese molino se hagan realidad.

https://youtu.be/t_x-9o8FT3c

¡¡¡¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS ÁNGELES!!!!

Patri, MJ, Paco, Angeles y Su

 

 

Y hoy tres meses después, os quiero dar las gracias no solo multiplicadas por cinco,  sino infinitas.

Gracias. En estos momentos especiales para mí, eternamente gracias.

@angels_blaus

 

Spain is different!

Escucho una interesantísima entrevista radiofónica que se realiza a quien presentan como eminencia reconocida a nivel internacional : Dª Marta Garaulet Aza, investigadora sobre cronobiología y su relación con la obesidad, doctora en Farmacia, máster en salud pública por la Universidad de Harvard y nutricionista y sobre la que por cierto y al hilo, descubro su magnífico blog: http://www.garaulet.com/blog-marta/

Tras esa entrevista confirmo lo que ya había leído sobre nuestra dolce vita, modus vivendi, Spanish culture o como queramos denominarlo.

Y es que sobre el cambio de horario suelen surgir este tipo de debates. Vamos descompasados con la luz solar y aquello de lo que presumimos parece que no es tan positivo para nuestra biología, la que agradecería que nos acostásemos cuando anochece y nos levantásemos cuando amanece (simplificando mucho).

screenshot

Me cuenta mi madre que su abuela, o sea, mi bisabuela, mujer con inteligencia natural que no pudo cultivar, como tantas de la época, a menudo decía con su valencià innato: Tot és prou menys complicat del que creiem, quan es fa de nit, al llit i quan ix el sol, toca alÇar-se, aixì de fàcil (Todo es bastante menos complicado de lo que creemos, cuando se hace de noche, a la cama y cuando sale el sol, toca levantarse, así de fácil), pero quienes habitamos en esta piel de toro resulta que lo hacemos al revés y por ende, desayunamos tarde y mal o no desayunamos y a partir de ahí, todo encadenado. Comemos cuando en Suecia casi están cenando y cenamos cuando incluso en Italia están ya casi acostándose.

Es algo tan pero tan sumamente arraigado que hasta puede sentar mal que se nos quiera desasir de estas nuestras costumbres tan españolas, pero siempre me planteo lo mismo, si es mejor ser racional o ser pasional. Ni siquiera sé si ambas cosas se pueden compaginar.

Lo cierto es que para no herir susceptibilidades, prefiero que se me ofrezca toda la información posible para poder decidir y para que no se traduzca como una imposición.

Es, por tanto, una cuestión de elección, pero claro, ¿qué vas a elegir?, ¿llevar una vida monacal?, ¿ser una ermitaña, una eremita? Porque realmente si quiero que mi biología vaya acompasada con la luz solar es mejor que emigre a Suecia si mi intención es seguir relacionándome con “humanoides”…

Aunque pensándolo bien, no estaría nada mal esa alternativa pues supondría vivir en el país donde reina la conciliación, donde es posible conciliar trabajo y familia, ese milagro del que hace poco trataba un magnífico programa y que se ha convertido en una asignatura suspensa en mi vida, sin posibilidad además de recuperación, suspensa hasta el infinito y más allá.

En fin, Spain is different.

La_Fuensanta,_by_Julio_Romero_de_Torres

Es lo que hay.

@angels_blaus

Very good. La intensa experiencia de mi madre con el inglés.

Hasta hace dos o tres años se apuntaba periódicamente a cursos. Ha hecho de todo o casi, hoy ya con ochenta y cuatro se va relajando, por no decir retirando.

Y con ochenta cumplidos decidió matricularse en un curso de inglés para mayores, pero claro no tan mayores, vamos que la más mayor era ella. Tendría una clase a la semana.

Se compró su libretita y se llevó su estuche con bolígrafos, lápices y sacapuntas, todo nuevo, “a estrenar”. Sentía hasta nervios, fue algo que le recordó a las mariposillas en su estómago el primer día de curso en las escolapias. Se diría que volvió a su tierna infancia (aunque realmente los mayores se convierten en niños).

color_pencils

Entró en el aula y vio a su sobrino “Manolín”:

¡Qué alegría Manolín! (Manolín ya no cumple los sesenta).

Tía, ¿qué haces aquí?

¡Pues lo mismo que tú! ¿Qué voy a hacer?

El comienzo fue glorioso. La profesora escribió una frase y se la hizo leer:

“The food is very good”.

Y ella la leyó tal cual: “te food is very good”.

A ver, es que la doble “o” se lee como “u”, espetó la profesora.

Manolín se desternillaba por atrás, además le importaba poco la doble “o” porque ya le había insinuado a my mother que lo que realmente le gustaba era Lady Teacher.

El segundo día ya fue con menos entusiasmo, pero pensó que el método sería distinto, que la primera clase habría quedado en mera anécdota. Ella estaba convencida que lo lógico era empezar por los días de la semana y los números del uno al diez, después, ya si eso, los meses del año y del once al veinte.

Y de nuevo Lady Teacher escribe:

“Hello my name is…”

E igualmente otra vez le hace leer, respondiendo:

“Hello “mi” name is…”

Mrs. Teacher incidió en que la “h” cuando no es muda, es como aspirada.

Y finalizó la clase y mi madre se despidió para siempre jamás.

¿No creen que a una alumna con ese coraje y motivación la tendrían que haber mimado y conservado como una reliquia?

Tiene razón. Debieran haber comenzado por los días de la semana y los números del uno al diez. Hoy ya sabría los meses del año y del once al veinte o tal vez algo más.

La fuerza de la ilusión. A veces es complicado sentirla, pero lo cierto es que quien tiene y mantiene ilusiones sigue vivo.

@angels_blaus

Con el tiempo te das cuenta…

 

 «Después de un tiempo,

uno aprende la sutil diferencia

entre sostener una mano

y encadenar un alma;

Y uno aprende que el amor no significa acostarse,

y que una compañía no significa seguridad,

y uno empieza a aprender…

Que los besos no son contratos

y los regalos no son promesas,

y uno empieza a aceptar sus derrotas

con la cabeza alta y los ojos abiertos,

y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,

porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes

y los futuros tienen su forma de caerse por la mitad.

Y uno aprende que si es demasiado

hasta el calor del sol puede quemar.

Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,

en lugar de que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar,

que uno es realmente fuerte,

que uno realmente vale,

y uno aprende y aprende… Y así cada día.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien

porque te ofrece un buen futuro,

significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que solo quien es capaz

de amarte con tus defectos y sin pretender cambiarte

puede brindarte toda la felicidad.

Con el tiempo aprendes que si estás con una persona

solo por acompañar tu soledad,

irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo aprendes que los verdaderos amigos son contados

y quién no lucha por ellos, tarde o temprano, se verá solo…

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en momentos de ira

siguen hiriendo durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes a disculpar,

cualquiera lo hace

pero perdonar es atributo solo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, es muy probable que la amistad nunca sea igual.

Con el tiempo te das cuenta que aun siendo feliz con tus amigos, lloras por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado,

añorarás a los que se marcharon.

Pero desafortunadamente, solo con el tiempo…»

           «Aprendiendo»

          (Poema atribuido a Jorge Luis Borges, aunque hay discusión sobre su autoría).

 

@angels-blaus

«Ahí estás tú»

Mirada alzada,
cabeza siempre levantada
y ahí estas tú.
En el cielo azul,
en las nubes de tul,
ahí estás tú.
En días claros
y noches oscuras
,

boat en noches claras
y días oscuros,
ahí estás tú.
En el verde ciprés,
en ese sol cegador
y rojo exprés,
ahí estás tú.
Aunque no haya alegría,
siempre brillas,
y cuando la hay,
mucho más tampoco brillas.
Haya risas o
haya lágrimas,
siempre, siempre,
ahí estás tú.
Me acompañaste,
me acompañas
y más allá, allí estarás.
Siempre, siempre,
así que…
No hay pasado,
solo presente,
y no hará falta que en el futuro te representes,
porque no eres
mi muro,
eres mi consciente y
eres mi inconsciente.
No hay pasado,
no hay futuro,
solo presente
y en todos los tiempos
y en todo momento,
ahí estarás
para mi definitivo recogimiento

en noches claras
y días oscuros,
ahí estás tú.
En el verde ciprés,
en ese sol cegador
y rojo exprés,
ahí estás tú.
Aunque no haya alegría,
siempre brillas,
y cuando la hay,
mucho más tampoco brillas.
Haya risas o
haya lágrimas,
siempre, siempre,
ahí estás tú.
Me acompañaste,
me acompañas
y más allá, allí estarás.
Siempre, siempre,
así que…
No hay pasado,
solo presente,
y no hará falta que en el futuro te representes,
porque no eres
mi muro,
eres mi consciente y
eres mi inconsciente.
No hay pasado,
no hay futuro,
solo presente
y en todos los tiempos
y en todo momento,
ahí estarás
para mi definitivo recogimiento
.

@angels_blaus

«Envidia Sana» ¿Realidad o ficción?

envidia

En plena canícula leí estupefacta y asistí ídem a una noticia y al revuelo que se organizó en torno a ella, relativa a una situación surgida entre dos profesionales en la que se planteaba quién debía proseguir con la instrucción de diligencias o causas muy mediáticas (hoy afortunadamente superada).

Ello me llevó a esa legendaria, estereotipada o, por el contrario, a veces muy real, rivalidad entre mujeres y eso es lo que más me fastidió.

Realmente el inicio del post no es más que un modo de enlazar con su auténtico fin y es mostrar mi total irritabilidad por esos clichés que no hacen sino tomar fuerza con estas tesituras.

Es sabido que cuando una mujer “llega alto” se coloca en el ojo del huracán y se le exige mucho más. Va a ser tanto o más inspeccionada y criticada que un varón y, a veces, esa supervisión furibunda proviene de sus propias congéneres. Eso es lo que más me chirría, aunque no descubro nada nuevo.

Y ¿por qué? ¿Existe la envidia sana?, o ¿la envidia por su propia definición y naturaleza es insana? Yo, sin lugar a dudas, me decanto por esta segunda teoría.

Pero vayamos por partes: primero, ¿por qué? Siempre he pensado que a una determinada edad existe una explicación puramente biológica, es todo más, digamos, «instintivo». Se supera esa etapa –ya tienes lo que tanto deseabas o simplemente has elegido otra opción- y aunque no entre todas, por supuesto, sigue existiendo esa rivalidad y reitero: ¿por qué?

No conozco una respuesta exacta, la dejo abierta, aunque en mi humilde opinión es como una manifestación de un lastre. Durante mucho tiempo no nos han dejado “sacar cabeza”. De hecho, hoy sigue siendo muy difícil (el famoso techo de cristal está ahí por más que nos pese), y cuando se consigue es como si la mujer se atrincherase por lo que pudiera suceder. Esa actitud de autodefensa permanente provoca todo tipo de reacciones.

Pero a lo que voy, ¡cuánto avanzaríamos si tuviésemos mentalidad de lobby! Ello no es sinónimo de sectarismo, en absoluto, pese a lo que algunos puedan creer, a mi juicio, erróneamente.

Y en segundo lugar: ¿existe la envidia sana?: NO y NO con mayúsculas ni entre hombres ni entre mujeres ni entre hombres y mujeres (y viceversa…). Sufre el envidiado y mucho más el envidioso, no es más que la manifestación de una baja autoestima, incluso un sentimiento de incompetencia personal y en el ámbito profesional, créanme, puede ser una auténtica tortura psicológica y afecta muy negativamente a nuestra vida laboral.

Por otro lado sería injusto no hacer hincapié en que cuando se forjan buenos lazos femeninos, estos son indestructibles. Todas, creo, hemos vivido ambas experiencias, el lado «oscuro» y el de la sensación de unión y complicidad a prueba de bombas. Tengo la suerte de disfrutar esta última de un tiempo hacia acá.

Pero no vivo en «los mundos de Yupi». Hablamos de algo que existe y existirá, aunque desde luego, no es sano y si alguna vez pudiese vivir en otro planeta me pido erradicar ese “antiguo pecado” capital (o no tan antiguo).

7pecados pitufos

@angels_blaus